En resumen: Madrid

Tan inmensa, tan cambiante, tan heterogénea, tan sorprendente, tan viva, tan tranquila, tan verde, tan antigua y tan moderna, tan de todos y para todos. Tan preciosa.
Y no es sólo la Gran Vía, aunque los visitantes se empeñen en no ver más y los residentes no se detengan a mirar todo lo que les rodea.



Es una de las pocas ciudades donde se admite que tu corazón tenga varias madres. Puedes por ejemplo ser asturiano y madrileño o ecuatoriano y madrileño y nadie lo pondrá en duda o te hará la estúpida pregunta de "qué sitio te gusta más".

Tras conocer a mucha gente de varios sitios he descubierto que todo aquel que odia esta ciudad (o cualquier otra) o que no le guste (no me refiero a que no te emocione sino que te desagrade) es solamente por las siguientes razones:

  • Experiencias realmente traumáticas (no conozco casos por suerte).
  • Ignorancia
  • Miedo
  • Complejo de inferioridad (es lo más común, todos conocemos gente que necesita sentirse el mejor y para ello desprecia a los demás y cree que los demás le desprecian. DESPIERTA a nadie le importas lo suficiente como para gastar su tiempo en despreciarte)
Pero Madrid no es sólo la Gran Vía, aunque los visitantes se empeñen en no ver más y los residentes no se detengan a mirar todo lo que les rodea. Es un conjunto de barrios con un fuerte sentimiento de identidad propia, todos diferentes y llenos de pequeños tesoros en forma de gente, monumentos, edificios y ambientes.

La gente se agobia pero creo que las grandes ciudades son como el mar, enamora aunque no puedas abarcarlo. Guarda innumerables maravillas que además cambian, pero no por ello te aturdes y dejas de buscar y de soñar con la siguiente playa, ni disfrutas menos del agua en tus pies.

Disfruta.

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